En la era digital, la ciberseguridad se ha convertido en un pilar fundamental para las campañas políticas. Desde el robo de datos sensibles hasta la propagación de noticias falsas mediante bots, las amenazas cibernéticas pueden influir directamente en la opinión pública y alterar el rumbo de una elección.
Las campañas ahora requieren estrategias tecnológicas robustas, incluyendo protección de bases de datos, encriptación de comunicaciones y monitoreo constante de redes sociales, para prevenir ataques como phishing o hackeos a cuentas oficiales.
Expertos advierten que la desinformación y los ciberataques no solo afectan la reputación de los candidatos, sino también la confianza en los procesos democráticos. Por ello, la inversión en seguridad digital es tan importante como la estrategia política misma.
