El populismo ha evolucionado. Lo que antes se construía en plazas públicas y mítines, hoy se moldea en redes sociales y algoritmos. La era digital ha llevado los discursos populistas a un nuevo nivel, donde las plataformas digitales son el escenario principal para conquistar emociones, influir en la opinión pública y movilizar masas.
Con herramientas como microsegmentación, análisis de datos y bots, los líderes populistas logran adaptar sus mensajes a cada audiencia, maximizando su impacto y viralidad. El algoritmo de redes sociales se ha convertido en el nuevo “megáfono”, amplificando narrativas y emociones que generan mayor interacción, sin importar si están basadas en datos reales o en desinformación.
Este “Populismo 3.0” no solo redefine la comunicación política, sino también la relación entre el poder y la ciudadanía, creando burbujas informativas y polarización. Entender este fenómeno es crucial para los medios y la sociedad, en una era donde la política se juega tanto en la calle como en la pantalla de un smartphone.
